Donde hubo fuego, cenizas quedan
¿De cenizas se puede hacer fuego?
Hm.
No.
Pero de ellas puedo dibujar
La memoria.
El recuerdo.
En esos grises, negros y blancos,
Sin perturbar,
Hubo una llama ardiente
Que daba calor,
Que daba luz,
Que alumbraba alguna vez
Esto que llamábamos hogar.
La memoria es lo que quema,
Y sin darnos cuenta,
A veces,
Nos quemamos.
Oigo tus palabras
Y nado en tu mar de letras.
Me envuelvo en el sargazo de tu voz
Y me recuerdo; me hago recordar
De ese instante,
De tu cara pálida y cansada,
Pero sonriente,
Diciéndome mil y mil cosas…
Eres una grabación en mi mente.
Y en la soledad
Más oscura,
Primaré “play”.
El tiempo sigue.
Todo es tiempo.
Amaré a otros.
Pero lo que vi en tus ojos al mirarme,
Jamás se replicará
Ni en dibujos de cenizas.